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Hacer mermelada en casa es un procedimiento muy simple y puede brindarnos la posibilidad de tener un producto absolutamente natural, sin conservantes y de excelente calidad. Dependiendo si queremos mermeladas más o menos espesas podemos recurrir al uso artificial de pectina; a mi me gusta hacer mermeladas ciento por ciento naturales con azúcar integral y utilizando la pectina que puede obtenerse de la misma u otras frutas.
La pectina es una fibra natural que se encuentra en plantas, semillas y pieles de frutas. Para gelificarse necesita la presencia de agua y algún ácido frutal. Hay algunas frutas que tienen un alto contenido de pectina, como los membrillos y las manzanas (que no estén muy maduras), y otras muy bajo, como las frutillas. Por eso el agregado de pectina dependerá del tipo de frutas y del resultado que queramos obtener.
Además de servir para espesar las mermeladas con menos cantidad de azúcar, nos ayuda a reducir el tiempo de cocción y esto redundará en mantener el sabor natural de las frutas.
Como la frutilla es una fruta con muy bajo contenido de pectina, si queremos utilizar poca cantidad de azúcar tendremos que añadir pectina de alguna forma. Para no recurrir a la pectina artificial, en el caso de las frutillas le agrego manzanas y semillas de limón. El limón es una fruta que en su cáscara y semillas tiene gran cantidad de pectina. Hay varios métodos de obtención de pectina a partir de cítricos y manzanas, pero utilizar semillas es un método simple y eficaz en pequeñas cantidades.
Entonces, para esta receta de mermelada de frutillas, vamos a necesitar los siguientes
Ingredientes
1 kg de frutillas
1 manzana
400 gr de azúcar rubia o integral
semillas de limón
jugo de medio limón
Gasa e hilo
Preparación
Lavamos las frutillas con su cabo. Retiramos los cabos, las ponemos en una olla y les agregamos el azúcar. Las dejamos macerar durante 6 a 7 horas.
En una gasa colocamos un puñado de semillas de limón partidas, las atamos con el hilo y a su vez atamos el paquetito en el asa de la olla donde ya tenemos las frutillas maceradas. Agregamos la manzana rallada o cortada en cubos.
Llevamos la olla a hervir hasta lograr la consistencia deseada. La forma de probar el punto de mermelada es observando el “napado” de la cuchara, o sea, que sacando la cuchara luego de revolver la preparación pasamos un dedo por el medio de la cuchara y el dulce ya no vuelve a unirse. Otra es retirando un poco de la preparación, ponerla en un plato, llevarla unos minutos a la heladera y observar su consistencia.
Una vez tibia retiramos el paquete de semillas. Podemos utilizarla con las frutas enteras o mixearla toda o en parte.
Para guardarla debemos disponer de frascos de vidrio y esterilizados en agua caliente, llenarlos con la mermelada aún tibia, taparlos y llevarlos a la heladera.
Bon appetite!